Las enfermedades cardiovasculares constituyen el principal problema de salud en los países desarrollados y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año provocan alrededor de 17 millones de muertes. En un estudio publicado en el journal de la Asociación Americana del Corazón (AHA) se investigó la eficacia de las pruebas de recuperación de la frecuencia cardiaca o RFC como factor predictivo de riesgo cardiológico. La RFC es un valor que surge de la diferencia de frecuencia durante un pico de esfuerzo y un período de reposo (generalmente un minuto después del cese de la actividad física). Una baja RFC es considerada de mal pronóstico, ya que se asocia con un mayor riesgo de mortalidad.
El estudio detalla las pruebas de esfuerzo realizadas en cinta caminadora por personas de 30 a 79 años sin enfermedades cardiovasculares preexistentes. Los resultados revelaron que la baja recuperación de la frecuencia cardíaca está asociada con factores de riesgo cardiovascular como diabetes mellitus, apnea obstructiva del sueño, hipertensión, tabaquismo y mala función cardiorrespiratoria. Pero no se ve afectada por el sexo o el uso de fármacos para reducir la frecuencia cardíaca.
¿Cuáles son las implicaciones clínicas?
El estudio mencionado concluye que las pruebas de esfuerzo (1) son una herramienta valiosa para demostrar que la recuperación anormal de la frecuencia cardíaca puede ser un importante predictor de fallas cardiovasculares que podrían llevar a la muerte.
A cuidar el corazón… en movimiento
Son varios los estudios que han demostrado una correlación entre la actividad física y un menor riesgo cardiovascular. Lo recomendable es la actividad física aeróbica de intensidad moderada-intensa al menos 30 minutos, 5 veces por semana, o 20 minutos a intensidad vigorosa, 3 veces por semana.
Se deben sumar ejercicios de resistencia (bandas, pesas, etc.) para conservar la fuerza muscular, al menos 2 días por semana y estiramientos al menos 2 veces por semana para mantener la flexibilidad. Antes de abordar cualquier programa de prevención es importante contar la evaluación de un especialista, que seguramente indicará -entre otros estudios- una prueba de esfuerzo.
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Fuente: journal de la Asociación Americana del Corazón (AHA)
