¿Quién no ha lagrimeado más de una vez al cortar cebollas? Pero no es su única característica; tiene otras muy beneficiosas para el organismo que vale la pena conocer.
La cebolla se cultiva y utiliza en todo el mundo, y es la tercera hortaliza más cosechada después del tomate y la papa. Al estar compuesta en un 89% por agua, tiene apenas 38 calorías cada 100 gramos. Su consumo aporta azúcar, fibra, vitaminas y oligoelementos como cromo, azufre, bromo, cobalto y otros. También es muy rica en antioxidantes con propiedades antiinflamatorias, antialérgicas y protectoras de ciertas enfermedades.
Por qué lloramos
La cebolla contiene azufre, que se libera al cortarla o picarla. Esta sustancia, en contacto con el vapor de agua del aire o la humedad natural de los ojos, se transforma en ácido sulfúrico, que es sumamente irritante y hace picar los ojos. Nuestro organismo, para defenderse, produce lágrimas para eliminarlo.
Hay algunos trucos para evitar el picor:
1. Antes de empezar a pelar la cebolla, cortar el extremo de la raíz, donde se encuentra la mayoría de los compuestos sulfúricos.
2. Enfriar las cebollas 30 minutos en el refrigerador o 10 en el freezer antes de cortarlas, para que el azufre no escape tan fácilmente.
3. Usar un cuchillo bien filoso, para romper lo menos posible las células de la cebolla. Así se reduce la liberación de enzimas.
4. Cortar la cebolla bajo el agua o cerca del agua caliente o el vapor de una tetera. El vapor atraerá y disipará el gas molesto.
5, Usar un par de lentes o unas gafas de seguridad de las que se usan en el trabajo.
Con estos consejos, es más fácil usar cebollas en muchas preparaciones, aprovechando sus pocas calorías y su intenso sabor.
