Las cabinas de luz para uñas ¿son cancerígenas?

El esmaltado semipermanente y las uñas de gel fueron una revolución en el universo de la estética, ya que permitieron empezar a tener las uñas prolijas y bonitas durante semanas, sin riesgo de que se arruine el esmalte. Esta ventaja se debe al uso de un esmalte especial, que requiere de la exposición en una cabina con luz LED o ultravioleta A (UVA) para endurecerse.

La luz LED no es cancerígena, y tiene efectos antiinflamatorios. Los rayos UVA son los mismos que emite el sol y nos broncea, y es bien sabido que la acumulación de esta radiación en la piel puede ser cancerígena. Gran parte de su toxicidad se atribuye al uso inadecuado de productos comerciales, como las camas de bronceado y las lámparas de secado de uñas. Una exposición prolongada a la radiación emitida por estos dispositivos, puede dañar el ADN y grabar mutaciones permanentes en ciertos genomas.

Pruebas en laboratorio

Los científicos se han dedicado a estudiar los efectos de la exposición de la piel a los rayos UVA. Un estudio publicado a finales de enero de 2024 en la revista Nature, advierte sobre los riesgos de la exposición prolongada a la luz ultravioleta A emitida por las lámparas de secado, ya que podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

En la mayoría de los casos, tanto las uñas como las manos se irradian unos 10 minutos en cada sesión, que se repite aproximadamente a los 15 o 20 días.  En Estados Unidos se ha vinculado un pequeño número de casos de melanoma en uñas o en el dorso de la mano, y han sido atribuidos a la radiación UV emitida por los secadores de esmalte de uñas.

Riesgos y prevención

No es la primera vez que se analiza la exposición de la piel a las lámparas de secado de uñas. Y si bien se entiende que la exposición no es tan elevada como para aumentar el riesgo de forma significativa, es prudente tener conciencia sobre los últimos hallazgos.

Hay que tener en cuenta que con estas lámparas, sucede lo mismo que con las radiografías: a mayor exposición a la radiación, mayor riesgo. Pero no es posible definir a partir de cuánto hay que preocuparse, ya que se utilizan varios tipos de potencias y lámparas, y el efecto es retardado.

Para evitar riesgos, la prevención es sencilla: se puede acudir a la sesión de manicura colocándose previamente en las manos una crema con protección UVA. Así, se puede frenar la acción perjudicial de estos rayos nocivos, que ayudarán a retardar la aparición de arrugas y manchas y también a evitar la predisposición a desarrollar un cáncer de piel.

 

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