La halitosis, o el mal aliento crónico, son muy diferentes al aliento que puede quedarnos después de comer un plato de comida con mucho picante o mucho aderezo. De hecho, no hay caramelos de menta o enjuague bucal que pueda disimular el mal aliento durante un tiempo prolongado.
Éstas son algunas de las causas de la halitosis, según la Asociación Dental Americana:
- Caries u otro problema dental: debido a las bacterias que se depositan en lugares difíciles de acceder con el cepillo dental
- Infecciones de boca, nariz y garganta: las bacterias se alimentan de la mucosidad que produce el cuerpo para defenderse de la infecicon en los senos nasales
- Boca seca: las personas que no producen suficiente cantidad de saliva pueden tener mal aliento. La saliva tiene varias funciones y es esencial para el buen aliento: retira de la boca los restos de comida no deseados, ayuda a descomponer los alimentos después de comer y provee de sustancias que previenen caries y enfermedades.
- Tabaco: Los químicos del cigarro pueden afectar el aliento, además de que pueden secar la boca. Por otra parte, las personas que fuman tienen más riesgo de sufrir enfermedades de las encías.
- Enfermedades crónicas: Las personas con reflujo gástrico, diabetes, enfermedad del hígado o de los riñones pueden tener halitosis.
Hábitos para mejorar el aliento
Llevar una rutina de higiene dental diaria es fundamental para tener un aliento fresco. Para ello, cepíllate dos veces al día durante al menos dos minutos con crema dental con fluor y limpia el espacio entre dientes una vez al día.
También, se sugiere beber mucha agua, masticar chicle sin azúcar y reducir la ingesta de infusiones con cafeína.
Si el mal aliento persiste, consulta a tu odontólogo para descartar un problema dental.