¿Es peligroso tener pie plano?

En un pie normal, la huella de la pisada tiene forma de “C” en el caso del pie izquierdo, y de “C” invertida, en el caso del pie derecho. La planta del pie no se apoya totalmente en el suelo cuando se ejerce presión sobre ella, porque el arco de la parte interna está elevado.  En el pie plano, en cambio, la planta completa entra en contacto con el piso, y el pie toma una inclinación hacia el lado del dedo gordo.

El pie plano, también llamado planovalgo o arco caído, se puede producir durante la niñez, cuando los arcos aún no se han desarrollado, o manifestarse más adelante a causa de una lesión o por el deterioro natural del cuerpo que viene con la edad. Con el paso del tiempo, el tendón que recorre la parte interna del tobillo y ayuda a sostener el arco, se debilita o se desgasta.

Por lo general, el pie plano no causa dolor.  Pero algunas personas sufren molestias, en especial en la zona del talón o del arco, presentan hinchazón en la zona interna del tobillo, o ven limitadas algunas actividades. En estos casos, lo ideal es hacer una consulta con un especialista, ya que si bien no es peligroso, puede ocasionar molestias o limitar actividades de la vida diaria: se estima que entre el 7 y el 15% de los adultos con pie plano y molestias o síntomas limitantes, buscan atención médica.

Factores de riesgo

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer pie plano se incluye la obesidad, la artritis reumatoide, la diabetes, y como ya dijimos, las lesiones en el pie o el tobillo y el envejecimiento.

Prevención

En la mayoría de los casos, el pie plano es hereditario. Sin embargo, se puede prevenir su aparición con movimientos para fortalecer el arco y los músculos de los pies. Un ejercicio sencillo es caminar de puntillas o “en puntas de pie”, andar descalzo por superficies irregulares como la arena de la playa, y agarrar objetos con los dedos de los pies.

Tratamiento

Cuando el pie plano es doloroso o limitante, el especialista puede indicar:

  • Plantillas ortopédicas: pueden ser de venta libre o diseñadas a medida. En ambos casos, no curan el pie plano, pero suelen reducir los síntomas.
  • Ejercicios de estiramiento: para tratar de alargar el tendón de Aquiles acortado que suele acompañar el pie plano.
  • Pérdida de peso: para reducir la sobrecarga en los pies.
  • Fisioterapia: ejercicios para fortalecer los músculos y tendones del pie.
  • Medicamentos: analgésicos de venta libre como ibuprofeno (Advil y otros) y naproxeno sódico (Aleve).
  • Cirugía: para corregir el pie plano y los problemas de huesos y tendones que provocan dolor, cuando los tratamientos no quirúrgicos no dieron resultado.

 

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