El aislamiento prolongado ¿puede afectar la salud mental?

Síndrome de la cabaña

En diferentes consultas psicológicas recibidas durante la cuarentena que impone el COVID-19 constatamos que hay dos posibles tipos de pacientes. Por un lado están los que quieren frenéticamente volver a salir y recuperar sus contactos y su vida cotidiana. Por el otro, los que temen volver a la normalidad y enfrentarse a una rutina y a un entorno que siempre los inquietó, ya que ahora han encontrado un espacio de seguridad en sus casas. Estas manifestaciones han sido estudiadas y hasta tienen un nombre: Síndrome de la Cabaña.

El Síndrome de la Cabaña o “Cabin Fever” (fiebre de la cabaña) empezó a mencionarse a principios del siglo 20, cuando el psicólogo Paul Rosenblatt hizo un estudio con habitantes de EE.UU. sometidos a permanecer dentro de sus casas por largos períods,o debido a largos y crudos inviernos.

Pasado el tiempo, cuando llegaba la etapa de volver a salir de sus casas y enfrentarse con la rutina normal, el contacto con amigos, trabajo, familia y las actividades sociales presenciales, estas personas empezaban a sentir tremor al tener que dejar sus hogares. Y se observó que presentaban algunos síntomas: sensación de desasosiego constante, aburrimiento, letargo, dificultades del sueño y la alimentación, depresión, inquietud, irritabilidad y consumo notable de bebidas alcohólicas. Estos comportamientos también afectaban negativamente al resto de los convivientes.

A partir de ese momento nos hemos familiarizado con el término, en especial en la actualidad, cuando nos toca atravesar la pandemia del COVID-19. La realidad hoy implica estar confinados un largo período y mantenernos en un reducido espacio de la casa, con salidas limitadas y poco o ningún esfuerzo físico. Es posible que algunas personas se hayan acostumbrado a esta nueva situación, y cuando les llegue la hora de poder salir a la calle sin restricciones tal vez tengan alguna sensación de miedo y temor, agudizándose en aquellas personas que han pasado la cuarentena en soledad.

Hablamos de Síndrome de la Cabaña cuando experimentamos miedo a salir a la calle, o a tener contacto con otras personas fuera de las paredes de nuestra casa. También a temer realizar actividades que antes eran cotidianas como trabajar fuera de casa, tomar medios de transporte público o relacionarse con otras personas. No se trata de un trastorno psicológico; más bien hablamos de una consecuencia o incluso podría verse como una reacción al hecho de pasar tanto tiempo confinados.

¿A quiénes afecta?

El Síndrome de la Cabaña puede afectar a todos los que pasan por un período en confinamiento, desde los niños hasta personas mayores, a individuos sanos y a los que ya traían enfermedades preexistentes (como diabetes, enfermedades cardíacas o respiratorias) que podrian incluso haber visto deteriorado su estado de salud general a causa de la inactividad física. También alcanza a quienes padecen enfermedades mentales, sobre todo algún trastorno de ansiedad o del estado de ánimo, y a estuvieron internados en un hospital y fueron dados de alta recientemente. Por último podemos mencionar a los que tuvieron cierta sobreexposición a información sobre el COVID-19 y no saben cómo neutralizar sus efectos, y manifiestan patrones de pensamiento negativos, catastróficos y centralizados en desgracias reales o potenciales.

A pesar de que este síndrome no es un diagnóstico categorizado por los profesionales y expertos en salud mental, sino más bien de una expresión coloquial, éstos sostienen que es algo muy real. Y si bien no es mortal, puede empeorar y derivar en sensaciones de mayor intensidad. Quienes lo padecen pueden experimentar, por ejemplo, fobias relacionadas con la muerte ante el contacto con personas o agentes patógenos como virus o bacterias También pueden manifestar trastorno obsesivo-compulsivo o TOC, comportamientos hipocondríacos, depresión, ataques de pánico y estrés crónico o postraumático, por citar solo algunos ejemplos.

Así que observemos y analicemos nuestras emociones para ser más concientes de los procesos mentales que atravesamos. En caso de detectar cualquiera de los síntomas mencionados en alguna persona cercana, o en nosotros mismos ¡es importante consultar a un especialista en salud mental!

Esta información ha sido proporcionada por la Master Magna da Silva, Psicóloga Clínica, que se desempeña en Hospital Zafiro. Contacto: [email protected]

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