Si no hubo ningún problema durante el parto o en los primeros días de vida, se recomienda realizar la primera visita al pediatra entre los 5 y los 10 días después del nacimiento. En esta visita se abrirá su historia clínica y le harán pruebas al bebé para reconocer su estado de salud general.
Si en esta primera vista no se detecta ningún problema, se debe acudir al pediatra una vez al mes hasta que cumpla los 6 meses de vida; en esta etapa se dan muchos cambios en el organismo del niño, y lo aconsejable es que sean supervisados por un profesional. Este cronograma de consultas no comprende las visitas que se puedan hacer en caso de lesiones, dolores o enfermedades del pequeño.
En el segundo semestre de vida las visitas se pueden espaciar y hacerse cada dos meses, siempre y cuando el niño no presente ningún problema de salud. Y a partir del primer año de vida, lo aconsejable es ver al pediatra cada 3 meses. Más adelante, del segundo al quinto año de vida, la visita puede hacerse cada 6 meses. A partir de los 5 años, con una visita de rutina anual será suficiente.
Las citas periódicas con el médico permiten controlar los hábitos alimentarios, de comportamiento y de sueño del niño, y eventualmente, detectar enfermedades en forma temprana, que serán sin duda más fácil de tratar.
Cronograma de visitas
El pediatra debería controlar al niño al menos en estas estapas:
- A los 5 a 10 días
- 1 a 6 meses de vida: visita mensual
- 6 a 12 meses: visita bimestral
- 12 a 24 meses : visita trimestral
- 2 a 5 años; visita semestral
- a partir de los 5 años: visita anual
De todos modos, si los padres están preocupados por la salud de su hijo, no hace falta esperar hasta la siguiente visita: hay que consultar con el pediatra de inmediato, aunque sea por teléfono.
Qué evalúa el profesional
Durante la consulta el pediatra evaluará si el niño atraviesa sin dificultad las fases normales de desarrollo y con qué facilidad aprende a hacer cosas nuevas como hablar o caminar. Cabe aclarar que cada niño tiene su propio tiempo madurativo y en algunos casos, los logros puede tomar más o menos tiempo que lo que le lleva a otros pequeños.
Otros motivos de consulta
- Llanto: el llanto es la manera de comunicarse de los bebés cuando tienen alguna molestia o necesidad vital como hambre, sed, frío, calor, pañal sucio, etc. Pero el llanto que no se calma con nada, ni con el pecho, ni en brazos, ni con el chupete, es un motivo de consulta. También ese llanto que los padres perciben como poco habitual y que no puede ser consolado como de costumbre, o ese llanto apagado, débil o más agudo que lo habitual.
- Cambios de humor: un bebé contento y tranquilo es poco probable que esté enfermo o que tenga algo que sea motivo de preocupación. Pero si está muy triste o muy somnoliento, debe ser evaluado por el especialista.
- Apetito: es probable que un bebé que vomita, que se cansa fácilmente de mamar o pierde interés en la lactancia o en la alimentación, necesite ser visitado por un pediatra.
- Deposiciones: un bebé sano debe mojar unos seis pañales al día y en general, debe tener un hábito deposicional regular. Pero si el bebé deja de orinar en más de 12 horas o sus deposiciones son blancas, negras o con sangre hay que llevarlo al pediatra en forma urgente.
- Dificultad al respirar: si al bebé le cuesta respirar hay que buscar ayuda de inmediato.
- Fiebre: un bebé puede tener poca fiebre y estar muy enfermo o fiebre alta y tener una enfermedad leve. Pero si tiene menos de tres meses, si cuesta bajar la fiebre con antitérmicos o si el niño tiene mal aspecto, hay que acudir al servicio de urgencias pediátricas. Si tiene más de 3 meses y tiene fiebre pero buen aspecto, está contento y le va bajando con las medicinas habituales, lo aconsejable es observarlo por 24 horas para ver si presenta algún otro síntoma y consultar al pediatra.
En Hospital Zafiro contamos con un equipo de especialistas en pediatría. Para pedir una cita puede hacerlo al Whatsapp 9935-0393