Cómo reconocer una hernia inguinal

hernia inguinal

Si notas que sobresale un bulto extraño en la zona lateral baja de tu abdomen, o sientes dolor al toser, inclinarte o levantar objetos pesados, puede deberse a una hernia inguinal. En los varones puede venir acompañada de una sensación de dolor e hinchazón en la zona de los testículos. Este bulto es una porción de intestino que sobresale y no está contenida por la pared abdominal. Una hernia inguinal no es peligrosa, pero como no se mejora por sí sola, puede haber complicaciones -incluso fatales- si no se toman las medidas necesarias. 

Entre el 3 y el 5% de los bebés nacidos a término suelen tener una hernia inguinal, y el porcentaje trepa al 30% entre los prematuros y los de bajo peso. Las hernias inguinales son más frecuentes en estos casos ya que el recubrimiento del abdomen (peritoneo) no se cierra en forma normal durante la gestación. Estas protuberancias pueden ser visibles cuando el bebé llora, tose o hace fuerza para evacuar los intestinos. Puede ocurrir que el bulto desaparezca o se atenúe en forma temporal, en especial cuando el bebé está descansando, pero lo normal es que vuelva a aparecer.

Causas

Algunas hernias inguinales no tienen una causa aparente; en muchas personas la debilidad en la pared abdominal ocurre al nacer y en otras cuando los músculos se debilitan o se deterioran por la edad. Otras causas pueden ser la práctica de una actividad física agotadora,  la tos o estornudos frecuentes y las lesiones abdominales post quirúrgicas. 

Consultar con el médico

Siempre es necesario visitar al médico al detectar un bulto doloroso o evidente en la ingle, al costado de los huesos del pubis. Si el bulto de la hernia se pone rojo, violáceo o de color oscuro, la consultar debe hacerse con urgencia. El procedimiento habitual es la cirugía, en especial si hay dolor o si la hernia se agranda o se estrangula. 

Factores de riesgo

  • Los hombres son 8 veces más propensos a desarrollar un hernia inguinal 
  • Ser adulto mayor, ya que los músculos se debilitan con la edad. 
  • Ser de raza blanca.
  • Tener antecedentes familiares. 
  • Padecer tos crónica como la del tabaquismo.
  • Sufrir constipación crónica, ya que requiere hacer esfuerzo para evacuar los intestinos. 
  • Embarazo. 
  • Nacimiento prematuro o con bajo peso.
  • Una hernia o una reparación de hernia inguinal previa, incluso en la niñez.

Prevención

El defecto congénito aumenta en forma inevitable la propensión a una hernia inguinal. Pero hay maneras de reducir la tensión en los tejidos y los músculos abdominales:

  • Mantener un peso saludable y seguir una dieta rica en fibra que incluya frutas, vegetales y cereales integrales ya que ayuda a evitar el estreñimiento y el esfuerzo al evacuar.
  • No levantar objetos pesados o  hacerlo  doblando las rodillas y sin forzar la cintura.
  • No fumar, ya que esto aumenta la tos crónica.

Fuentes: Clínica Mayo – Academia Americana de Cirugía Pediátrica

Hospital Zafiro cuenta un especialista en cirugía pediátrica para el tratamiento de hernias inguinales, entre otras afecciones. Para más información, puedes pedir una cita con el Dr Sergio Villeda Rodríguez al Whatsapp 99101259

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