El cáncer de cuello uterino o de cérvix es una patología grave ocasionada por múltiples causas, entre ellas el virus del papiloma humano (VPH).
Si bien los factores genéticos pueden tener cierta incidencia, la enfermedad puede aparecer cuando la mujer inicia relaciones sexuales a edad temprana. Entre los factores de riesgo se encuentran: tener muchas parejas sexuales, fumar, los malos hábitos alimenticios, la edad, padecer diabetes o realizarse un tratamiento para evitar un aborto espontáneo.
Una amenaza silenciosa
La enfermedad en etapa inicial puede presentar síntomas. Pero esto no siempre es así; en las mujeres con un sistema inmune fuerte puede ocurrir que no noten señal alguna ante la aparición del virus. De todos modos, con el tiempo, las células del cuello del útero pueden resultar dañadas, transformándose en tumores o células cancerosas.
Formas de detección y medidas de prevención
La Sociedad Americana contra el Cáncer elaboró una guía para ayudar a detectar y prevenir el cáncer de cuello uterino tempranamente.
- Las pruebas para detectar el cáncer uterino se deben realizar a partir de los 25 años.
- Entre los 25 y los 65 años se aconseja una prueba primaria del virus del papiloma humano o VPH cada 5 años. O una prueba conjunta que combine la prueba del VPH y el Papanicolaou cada 5 años, o bien un Papanicolaou cada 3 años. Sea cual sea la prueba elegida, lo más importante es realizarlas en forma periódica como una rutina programada.
- Las personas mayores de 65 años que se hayan hecho las pruebas de rutina para el cáncer de cuello uterino en los últimos 10 años y con resultados normales, no deberán hacer más estas pruebas.
- Toda persona que haya sido vacunada contra el VPH deberá continuar las recomendaciones sobre las pruebas de detección para su grupo de edad.
En qué consisten las pruebas ginecológicas
La prueba para detectar el VPH (tipos de alto riesgo o carcinogénicos) busca partes del ADN en las células del cuello uterino que son más propensas a evolucionar a pre cáncer y cáncer en el cuello uterino. Tanto la prueba de Papanicolaou como la del VPH se realizan en forma ambulatoria recolectando células de cuello uterino con un cepillo suave, un hisopo o una espátula plástica.
Estas prácticas son realizadas por médicos especialistas en ginecología. Es recomendable una visita periódica para que se realicen los estudios pertinentes, como el Papanicolaou y el test del HVP. También se recomienda la aplicación de la vacuna contra el papiloma humano, que protege de una posible infección del virus.
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El cáncer de cuello uterino se puede prevenir. Prevenir, es ganar salud.
Fuentes: Sociedad Americana del Cáncer, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.
