Bullying escolar: cómo ayudar a nuestros hijos a prevenirlo

Uno de cada tres adolescentes son víctimas de bullying en todo el mundo, según un reporte publicado por la UNESCO (2018).

De los niños que son víctimas de maltrato:

  • el 16,1% fue víctima de maltrato físico
  • y el 11,2% de acoso sexual.

En América Central, Oriente Medio y el norte de África se reportan los más altos índices de bullying sexual.

Los niños que sufren de acoso escolar tienen más riesgo de sufrir de depresión y ansiedad, aumento de sentimientos de tristeza y soledad, cambios en los patrones alimentarios y de sueño, y pérdida de interés en las actividades que solían disfrutar. Hay consecuencias que pueden extenderse como disminución de logros académicos y menor participación escolar.

El rol de los padres es clave para detener el maltrato.

Éstas son algunas de las recomendaciones de la organización Stop Bullying:

  • Reconocer las señales de advertencia de que nuestro hijo está involucrado en situaciones de acoso. Puede ser la víctima, el acosador o incluso testigo de bullying. Sea cual sea la situación, podemos ayudar a nuestro hijo si es el maltrato o ayudar a detener que otro niño sea maltratado.
  • Existen diferentes formas de maltrato: verbal (burla, insultos, comentarios inapropiados), acoso social (dejar de lado a una persona, decirle a otros niños que no deben ser amigos de una persona, divulgar rumores, avergonazar) y acoso físico (golpear, hacer tropezar, romper o tomar cosas de otro niño, hacer ggestos inadecuados).
  • Hablar con nuestro hijo si notamos algún cambio emocional o de conducta. En muchos casos los niños no piden ayuda, por eso es importante observarlos y estar atentos ante cualquier cambio.
  • Interiorizarnos más en la vida escolar de nuestro hijo. Una conversación de 15 minutos por día puede indicarnos si hay algún problema. Preguntarles cómo fue el día, si pasó algo bueno y malo, con quién se sienta en el almuerzo, de qué hablan, si viaja en ómnibus escolar, con quién se sienta.
  • Pedir ayuda profesional. Muchos niños se sienten más cómodos y abiertos a hablar con su médico de confianza, que los conoce desde pequeños.
  • Hablar del acoso, aún cuando aparentemente nuestros hijos nunca hayan presenciado una escena de maltrato.
  • Ir a la escuela y participar de las actividades. Conocer a los amigos de nuestro hijo, a sus maestros y a los otros niños puede ser de mucha ayuda.
  • Informar a la escuela de situaciones de acoso para abordar entre todos la situación de bullying.

Ya sea que tu hijo te pida ayuda o que adviertas alguna de estas señales, siempre es importante recurrir a un profesional de la salud. Juntos podrán encontrar la forma más efectiva para ayudar a tu niño.

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