Las canas son uno de los signos visibles del paso de los años, y muchas veces se las vincula con una vida con altos niveles de estrés. Los investigadores han logrado identificar qué sucede cuando el cabello pierde su color, y éste podría ser un paso para revertir las cabelleras blancas en el futuro.
El color del cabello se pierde hasta volverse gris o blanco a medida que disminuye la concentración de melanina, un pigmento que también se encuentra en la piel y los ojos. ¿Cómo se vincula el estrés con todo esto? El cabello se origina dentro de folículos que reciben señales químicas y eléctricas del cuerpo, entre ellas las de las hormonas del estrés.
Una vez que el pelo asoma, se endurece y conserva una estructura molecular que se refleja en el pigmento. En una investigación, los expertos usaron escáneres de alta resolución para medir la pérdida de color en muestras de cabello de 14 voluntarios, para poder documentar su nivel semanal de estrés.
Martin Picard, PhD, director de la investigación y profesor asociado de medicina del comportamiento del Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia (Nueva York), comentó que los resultados fueron sorprendentes. A medida que los voluntarios presentaban mayor nivel de estrés, su cabello perdía más pigmento. Y cuando este estrés disminuía, el cabello recuperaba el color.
Durante el cambio el color del cabello el equipo de expertos identificó variaciones en 300 proteínas. A partir de ello desarrollaron un modelo matemático para predecir lo que podría sucederle al cabello humano en el tiempo. Y sugieren que hay un momento en la vida de una persona donde el estrés puede inducir temporalmente la pérdida de color, aunque podría revertirse en el caso de que las tensiones disminuyeran.
Estos hallazgos se suman a otras evidencias que muestran que el envejecimiento no es un proceso biológico fijo y lineal; de hecho, se puede detener o incluso revertir temporalmente. Con una mejor comprensión de la base biológica de la pérdida de pigmento, es posible que algún día las canas puedan revertirse ¡con una visita al médico en lugar de a la peluquería!