El horario en que comemos puede aumentar el riesgo de padecer diabetes y obesidad e incluso dificultar la baja de peso. Según datos del Congreso Europeo e Internacional sobre Obesidad (dictado en forma virtual desde Amsterdam a comienzos de septiembre), la tasa de obesidad sigue creciendo en el mundo. Uno de los factores es la disponibilidad de alimentos en todo momento, que lleva a comer en horarios que no son los más convenientes desde el punto de vista metabólico.
Hay muchos estudios que demuestran que no tener una pauta regular en los horarios de las comidas favorece el desarrollo de la obesidad. Por ejemplo si se “picotea” entre comidas o no se respetan los horarios habituales de las mismas. Estos hábitos confunden a los ritmos circadianos del organismo. provocando alteraciones en el metabolismo y en la deglución de alimentos que se traducen en un aumento de peso. Los ritmos circadianos controlan desde la función de los órganos hasta los ciclos alimentarios, por eso pueden incidir en el desarrollo de enfermedades como diabetes y obesidad.
Qué son los ritmos circadianos
Los ritmos circadianos son un reloj biológico interno que regula las funciones fisiológicas del organismo. Se renuevan cada 24 horas y coinciden con los estados de sueño y vigilia, según haya o no un estímulo de luz. El cerebro asocia la luz con una mayor actividad fisiológica, mientras que durante las horas de oscuridad inhibe estas funciones, llegando al mínimo entre las 3 y las 6 a.m. Allí el organismo se aletarga y disminuyen la temperatura corporal, la presión sanguínea y la secreción de hormonas. También se reduce la capacidad de alerta y de movimiento, por lo que resulta más difícil concentrarse o reaccionar ante un imprevisto. Por todo esto baja el rendimiento laboral y aumentan las posibilidades de sufrir un accidente, además de las alteraciones metabólicas anteriormente mencionadas.
Este reloj biológico está situado en el tejido adiposo y funciona en forma independiente al resto del organismo. Por eso las células situadas en el tejido graso muestran una sensibilidad a la insulina que varía según las horas del día. Así, los horarios en que comemos y el tipo de alimentos elegidos pueden incidir en un futuro en la prevención o el aumento de riesgo de desarrollar obesidad o ciertas enfermedades.
Qué comer y cuándo
Los especialistas aconsejan consumir los carbohidratos preferentemente por la mañana y lo más lejos posible de la hora de ir a dormir, ya que en ese momento las células tienen una mayor resistencia a la insulina. También recomiendan no acostarse inmediatamente después de cenar, ya que entran en conflicto dos hormonas: la insulina y la melatonina. Así, podría verse afectada la tolerancia del organismo a la glucosa, favoreciendo la posibilidad de desarrollar diabetes en el futuro.
Para recibir información sobre pautas para una alimentación saludable puede contactar a los especialistas del Centro de Salud y Nutrición de Hospital Zafiro a los teléfonos 9450-6468/2239-9801