Día Mundial del Sida

Cada 1 de Diciembre se recuerda en todo el mundo el “Día Mundial de la lucha contra el sida”. Este año, la campaña propuesta por la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud y ONUSIDA tiene el lema: “Pon fin a las desigualdades. Pon fin al sida. Pon fin a las pandemias”. El objetivo es comunicar la importancia del acceso equitativo a los servicios de salud y el fortalecimiento de las acciones en el primer nivel de atención de salud, en especial la prevención combinada del VIH y servicios de tratamiento, como también el promover el trabajo de las comunidades para llegar a las personas más vulnerables al VIH y otras pandemias.

También, en esta fecha los organizadores recuerdan su objetivo para el 2030: ponerle fin al sida.

En América Latina y el Caribe, si bien se cuenta con programas de tratamiento antirretroviral robustos y que ya llevan varios años, los casos de nuevas infecciones no ha descendido en la última década.

Justamente es América Latina la región con más desigualdades en el mundo. Esta situación se vio mucho más agravada desde el comienzo de la pandemia.

Sida y covid-19

Los países con personas con más carga de VIH fueron más afectados por el covid-19. Por eso es importante, según explica ONUSIDA,  seguir tomando las precauciones recomendadas para reducir la exposición al virus.

Al igual que en la población general, las personas mayores que viven con el VIH o las personas que viven con VIH con problemas cardíacos o pulmonares pueden tener un mayor riesgo de infectarse con el virus y sufrir síntomas más graves. Por eso, desde el principio de la pandemia, se instó a las personas que viven con el VIH a contactar a sus proveedores de salud y médicos para asegurarse que disponían de reservas adecuadas de medicamentos esenciales.

A las personas seropositivas, las vacunas contra la COVID-19 les aportan los mismos beneficios que al resto de los individuos y comunidades. Por un lado, ayudan a prevenir los casos graves de infección por el virus SARS-CoV-2 y, por otro, reducen potencialmente la transmisión del SARS-CoV-2. A pesar de todo, hasta que los niveles del virus no hayan caído a cifras muy bajas entre la población, todo el mundo debería seguir adoptando las medidas de prevención contra el virus SARSCoV- 2 (distanciamiento físico, lavado de manos frecuente y uso de mascarilla) aún después de haber recibido la vacuna.

Algunos datos para comprender mejor la situación latinoamericana:

  • En 2020, el 81% de las personas que vivían con VIH en América Latina y el Caribe estaban diagnosticadas,
  • El 65% recibían tratamiento y el 60% de aquellos en tratamiento estaban con carga viral suprimida.
  • En 2020 y 2021 el impacto de la pandemia por el COVID-19 se ha dejado sentir con fuerza y ha perdurado.
  • El porcentaje de nuevas infecciones por el VIH en América Latina no ha experimentado cambios desde 2010, en parte por deficiencias cualitativas y cuantitativas relacionadas a las estrategias preventivas.
  • En el Caribe sí se ha observado un descenso en el número de nuevas infecciones por el VIH (-28%), excluyendo a Haití, donde esta disminución se limita al 15%.
  • Las mujeres embarazadas en América Latina y el Caribe tamizadas para VIH alcanzó un 73%, una reducción de 7 puntos porcentuales comparado con 2019 (80%).
  • La cobertura de antirretrovirales para embarazadas fue del 85% en América Latina y el Caribe, dos puntos menos que en el 2019.

 

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