El caos mental frente a una pandemia

Por Máster Magna Da Silva, Psicología Clínica

Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones

Albert Eintstein

Toda crisis se siente como un caos, ya sea objetivo o subjetivo, debido a que trastoca los estándares acostumbrados de vida y la consciencia colectiva. Y es que a cada minuto atravesamos diferentes momentos caóticos que pasan desapercibidos por nuestros sentidos, ya que nos generan un gran impacto emocional y/o físico, al menos consciente en nuestra psiquis.

El mismo creador de la Teoría del Caos, Henri Poincaré, ya señalaba en 1887: «Puede suceder que pequeñas diferencias en las condiciones iniciales produzcan cambios grandes en los fenómenos finales», haciendo denotar que las consecuencias actuales -sean estas físicas, psíquicas, sociales, personales o culturales- son producto de pequeñas acciones conscientes o inconscientes que tomamos frente a una situación determinada.

De esa manera, cuando observamos el tenue equilibrio entre las relaciones de causa y efecto, percibimos que la causa en la vida de un individuo puede tener múltiples efectos, dependiendo de la manera como lidia con esa causa.

Nos incomoda dejar lo conocido, lo repetido, lo confortable, para vivir lo nuevo, lo inusitado, lo desafiante. Nuestra mente supone que lo primero es el orden, y lo segundo, el desorden o el caos. Nos parece que estamos viviendo el orden cuando mantenemos horarios, procesos y resultados inalterados, pero eso sólo conduce al caos de la insatisfacción. ¿Cómo es posible estar insatisfecho con lo que se eligió en la vida?

Los sistemas equilibrados son los que permanecen en constante movimiento

Es difícil aceptar el fin de un ciclo, la parte final de la onda, la muerte, pero sin eso ¿qué otro tipo de caos resultaría? Y es que, lo que afecta nuestras vidas, no son los hechos, sino nuestra relación con ellos.

El caos mental frente a una Pandemia

El miedo es el virus más grave que puede afectar a los seres humanos, pues hace que entremos en pánico, que tomemos actitudes irracionales, desarrollemos una ansiedad grave y, en algunos casos, depresión y perder la habilidad para reinventar y responder inteligentemente ante situaciones estresantes.

Debemos tomar todas las medidas recomendadas para la prevención, sin embargo, es igual de importante trabajar en nuestras herramientas de gestión de emociones para prevenir que nuestra salud psíquica sea infectada por nuestros miedos, desesperaciones y ansiedades.

Sufrir por el futuro, por desarrollar en nuestra mente la posibilidad de infección atroz, hace que perjudiquemos la salud psíquica y la capacidad de manejar nuestra vida para tomar buenas decisiones (Inteligencia emocional). Y es que, el pánico también es contagioso. Mientras el miedo es el temor a una amenaza real, a algo que está pasando, el pánico, por su parte tiene ese plus de irracionalidad, de desborde y de angustia.

Los riesgos de contraer enfermedades existen y existieron en todas las épocas, esto es una realidad. Pero también hay que plantear una cuestión que muchas veces se pasa por alto, y que la psicoanalista Fiorella Litvinoff anotó: «Muchas veces las personas tendemos a poner afuera temores que tenemos adentro y el pánico que -por momentos exagerado- depositamos en el coronavirus suele estar tapando otros miedos y complejos personales, el problema de esta manera se desplaza».

Vivimos en un mundo donde hay exceso de información, por ello, la Asociación Estadounidense de Psicología hace referencia a estas cinco recomendaciones:

  1. Mantener las cosas en perspectiva.

El hecho de que haya una gran cobertura de noticias sobre este tema no significa necesariamente que represente una amenaza para usted o su familia.

2. Conocer los hechos.

Es útil adoptar un enfoque más clínico y curioso a medida que se siguen los informes de noticias sobre el virus.

3. Comunicarse con los más pequeños.

Discutir la cobertura de noticias del coronavirus con información honesta y apropiada para la edad. Los padres también pueden ayudar a aliviar la angustia al enfocar a los niños en rutinas y horarios. Recordar que los niños observan los comportamientos y emociones en busca de señales sobre cómo manejar sus propios sentimientos durante este tiempo.

4. Mantenerse conectado de manera equilibrada.

Mantener las redes sociales puede fomentar una sensación de normalidad y proporcionar valiosos medios para compartir sentimientos y aliviar el estrés. Compartir información útil de sitios web gubernamentales con amigos y familiares ayuda a lidiar con la propia ansiedad, siempre y cuando no limite la interacción con su familia.

5. Buscar ayuda adicional ante la crisis.

Las personas que sienten un nerviosismo abrumador, una tristeza persistente u otras reacciones prolongadas que afectan negativamente su desempeño laboral o sus relaciones interpersonales deben consultar con un profesional de salud mental capacitado y experimentado. Los psicólogos y otros proveedores apropiados de salud mental pueden ayudar a las personas a lidiar con el estrés extremo. Estos profesionales trabajan con individuos para ayudarlos a encontrar formas constructivas de manejar la adversidad.

De esa manera, observemos los desafíos y oportunidades que se ofrecen a nuestro alrededor: dar un descanso al planeta, pasar tiempo con nuestros seres queridos, conversar sobre aquello que nunca hablamos con nuestros amigos y familiares, desconectarnos de la rutina laboral diaria y reflexionar sobre nuestro diario vivir.

Y concluyo parafraseando a Einstein:

«Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.»

Artículo escrito por MSc. Magna da Silva, Psicóloga Clínica

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